Corrían los años 60 y, los periódicos aragoneses, daban cuenta y tenían que confesarlo. Cuando llegaban a Las Fuentes se quedaban un poco sorprendidos. Las calles, a pesar de ser las doce y media de la mañana, estaban casi desiertas. Solo algunas señoras que iban o venían de la compra. Solo algunos niños (en ellos me incluyo), que han hecho “pirola” del colegio o unos cuantos ancianos que toman el sol apoyados contra la pared.
De repente, han sonado algunas sirenas. Como si alguien hubiese echado polvos mágicos sobre todo el barrio, éste ha cobrado una animación inusitada. En unos momentos, los obreros han salido de las fábricas o de los talleres; los niños, gritando y corriendo, han surgido por todos lados; se han llenado los bares y un aluvión de automóviles han inundado todas las calzadas.
El barrio vive, Juventud, vejez, alegría. El barrio vive. Ahora comienza la vida…
Texto: Angel Pérez
Fotos: García Luna.
Aragón Exprés
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