A partir de la editorial de El Periódico de Aragón, 19 de junio de 2025

La editorial de El Periódico de Aragón recalca hoy lo evidente: en nuestra comunidad, la pobreza y la falta de vivienda no son un problema aislado, sino una realidad que golpea con fuerza a miles de familias. La cobertura de las vulnerabilidades asociadas al acceso a un hogar digno se vuelve esencial en la agenda ciudadana.

Según datos recientes, más del 20 % de la población aragonesa se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, con problemas tan graves como la precariedad energética y la imposibilidad de afrontar gastos inesperados . Paralelamente, la falta de vivienda crece en silencio: decenas de familias viven hacinadas, otras se ven obligadas a compartir espacios reducidos, y muchas más, simplemente, no tienen hogar .

Este no es un asunto técnico: es una emergencia social.

En barrios como Las Fuentes, este drama se materializa en puertas cerradas, facturas de luz impagadas y gente que comparte habitación para poder pagar. La solidaridad es fuerte, pero no puede ser la única respuesta.

¿Qué propone esta sección?

Visibilizar los rostros invisibilizados por las estadísticas.

Exigir medidas públicas que no lleguen tarde: urgencia en vivienda social, control del alquiler, acción comunitaria.

Abrir el debate con propuestas de base, recogidas de la práctica vecinal.

Hoy reclamamos un Pacto Aragonés por la Vivienda que no mire hacia otro lado. Un pacto que incluya:

Instalación de vivienda pública suficiente para atender al déficit proyectado (Aragón necesita más de 21 700 viviendas nuevas para año tras año cubrir hogares emergentes) .

Incentivos para regular los precios del alquiler, con límites reales y defensas legales efectivas.

Proyectos de rehabilitación urbana accesibles, dignos y energéticamente eficientes.

Recogida de aportes directos de organizaciones como Civitas, FACU y ANFA, para tejer soluciones desde abajo.

La pobreza solo se supera escuchando a quienes la sufren, tejiendo redes desde lo local y obligando a lo público a actuar con contundencia.

Por eso, este capítulo no es un texto más: es un grito de barrio que resuena en la necesidad diaria de hogar, dignidad y justicia.