Desde hace décadas, el barrio de Las Fuentes espera una actuación integral, coherente y justa en el espacio de la Orla Este. Un espacio donde se jugó —y se sigue jugando— el futuro urbanístico, social y comunitario de una parte muy significativa de Zaragoza. Sin embargo, lo que se está desarrollando actualmente dista mucho de ser una propuesta dialogada o pensada en clave de interés general.

Este artículo responde a la profunda inquietud de muchas personas y colectivos del barrio que, con preocupación creciente, ven cómo se impone un proyecto desde las altas esferas sin haber contado con el territorio. Lo que era un anhelo de desarrollo sostenible, armonioso, con espacio para vivienda asequible, equipamientos públicos y recuperación ambiental, se está convirtiendo en una suerte de parque temático de incierto impacto, propuestas desmedidas y una planificación absolutamente desconectada del tejido vecinal.

Desde Civitas, y no desde la Junta Municipal —como erróneamente algunos quieren hacer creer— llevamos ya algún mes esperando una respuesta al expediente registrado oficialmente en el Ayuntamiento de Zaragoza, dirigido a la alcaldesa Natalia Chueca, al consejero de Urbanismo Víctor Serrano y a la Sociedad Municipal de la Vivienda. A día de hoy, el silencio es absoluto. Ni una llamada, ni una explicación, ni una sola palabra. ¿A eso le llaman participación ciudadana?

En el pleno municipal reciente, el señor Serrano presumió de transparencia. Dijo que su compañera Tatiana Gaudes —concejal, no técnica— había bajado a explicar el proyecto. Pero bajó solo una vez, en una reunión poco divulgada, y sin permitir el contraste abierto de propuestas. En su intervención, el Sr. Serrano, además de agradecer a Civitas la entrega de los “cuadernillos vecinales”, hizo un repaso de actuaciones ajenas al verdadero debate, desviando el foco hacia otras zonas del distrito (como la Giesa), con una batería de cifras y obras que no atienden al núcleo del problema.

Porque el verdadero problema está donde no hay obra nueva, donde no se invierte, donde no se planifica. Y ese lugar es el barrio histórico de Las Fuentes, el consolidado, el que sostiene desde hace años la falta de atención y la ausencia de proyectos que de verdad reparen el abandono estructural: calles sin asfaltar, capas de asfalto sobre capas viejas, acerados sin renovar, carencias de limpieza, alumbrado deficiente, zonas verdes abandonadas y servicios básicos colapsados.

Todo esto no figura en la estrategia urbana del actual Gobierno municipal. La ciudadanía se pregunta, con razón: ¿dónde está el plan director que piense Las Fuentes como parte de la ciudad consolidada? ¿Dónde está la voluntad de diseñar una Orla Este que dialogue con el río, conecte con la carretera de Castellón, con las empresas, con los suelos pendientes de definir, con el transporte y la movilidad del futuro?

Las declaraciones del señor Serrano en el pleno parecían más una presentación de escaparate que un acto de gobierno. Se habla de anfiteatros, placas solares, paredes de escalada y praderas secas para eventos masivos, sin explicar qué necesidades reales están cubriendo y cómo se integran con los déficits estructurales del barrio.

Desde esta ventana, no se está viendo ni planificación ni voluntad política de responder al interés general. Se improvisa, se fragmenta, se priorizan zonas de nueva construcción y se abandonan los espacios ya consolidados. Y eso, en democracia, no es gobernar con la ciudadanía: es imponer modelos desde un despacho.

Por eso, no solicitamos amablemente que se nos escuche. Exigimos que se actúe con responsabilidad. Y si el señor Serrano no tiene propuestas reales, no se preocupe: se las presentaremos nosotros, punto por punto, desde la realidad del barrio, desde el conocimiento acumulado, desde el deseo profundo de que Las Fuentes no quede otra vez relegado a la periferia de la indiferencia.

CONTINUARÁ…

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