En el corazón del barrio de Las Fuentes en Zaragoza, la Brigada Social está escribiendo una historia de transformación y esperanza. Lo que antes era un solar abandonado en la intersección de las calles Leopoldo Romeo y Pintor Zuluaga, cubierto de maleza y olvido, hoy es un símbolo de lo que la comunidad puede lograr cuando se une con un propósito común.

Esta iniciativa, impulsada por personas migrantes y vecinos en situación de vulnerabilidad, demuestra que la dignidad florece incluso en los espacios más desatendidos. Con herramientas sencillas —picos, palas y, sobre todo, manos dispuestas— la Brigada Social ha convertido un rincón del barrio en un testimonio de resiliencia y solidaridad.

Su labor va más allá de la limpieza o el embellecimiento urbano: es un acto de justicia social y pertenencia. Quienes participan en estos proyectos, muchas veces llegados a Zaragoza en busca de oportunidades, no solo están construyendo espacios más habitables, sino también tejiendo redes de apoyo mutuo y demostrando que la inclusión se hace realidad con hechos.

La Brigada Social de Las Fuentes es un ejemplo de cómo, cuando la administración falla o se olvida, la ciudadanía puede tomar las riendas para recuperar lo público, dignificar lo compartido y sembrar futuro. Su trabajo nos recuerda que ningún lugar está condenado al abandono si hay personas decididas a cambiarlo.

Entre la acequia y el olvido, como bien dice su lema, hoy florece la dignidad.