Allí donde la pintura se agrieta y las letras del letrero se caen, comienza el verdadero grito de un barrio que nunca se rinde. El Pasaje Las Fuentes no es solo un lugar olvidado entre dos calles; es el símbolo perfecto de todo lo que se promete y no se cumple, de todo lo que pudo ser y aún puede llegar a ser.

Este espacio, lleno de vida en potencia, lleva años esperando que alguien escuche. No es ruina: es oportunidad. No es abandono: es semilla dormida. Y no es olvido: es el corazón del barrio pidiendo aire.

Hoy alzamos la voz desde Las Fuentes para decir que queremos otra historia para este pasaje. Una historia escrita con dignidad, con jóvenes aprendiendo, con madres y padres compartiendo, con vecinas y vecinos transformando. Porque la ciudad que no escucha a sus barrios no tiene futuro, y el futuro de Zaragoza también se juega aquí, en este rincón humilde donde aún brillan los colores de un mural pintado con esperanza.

El pasaje puede ser un comienzo, si dejamos atrás el abandono.

Y hoy, con palabras, imágenes y verdad, empezamos a escribir ese nuevo capítulo.