Periódico de Aragón. Sociedad 43

EL ORIGEN DEL DESASTRE

En su afán por superar a los Estados Unidos en el cultivo de algodón, la URSS apostó por convertirse en una potencia productora de esta mercancía, que ya venía siendo cultivada en la república de Uzbeldstán. La expansión del algodón (gran consumidor de agua) se hizo convirtiendo amplias zonas de desierto en terreno cultivable a través de la creación de canales que desviaban el agua de los ríos Amu Daria y Sir Daria, aparte del empleo de grandes cantidades de fertilizantes y pesticidas. Era la respuesta perfecta para el desastre. Inicialmente, el plan funciono y en los años 80 la producción de algodón se había duplicado, colocando a la URSS como segundo exportador mundial, pero los problemas empezaron pronto.

El Mar de Aral, situado en esa zona, empezó a bajar de nivel, porque la evaporación de agua ya era compensada con el caudal de los ríos señalados, mayoritariamente derivados hacia los cultivos. A pesar de que en 1991, cuando se desintegró la URSS, el desastre era más que evidente, las nuevas autoridades de Uzbekistán siguieron con la explotación, como si nada sucediera, al objeto de asegurarse recursos económicos, privados ahora como estaban del apoyo financiero de Moscú. Para el año 2003, ya solo quedaba un exiguo 10 % de la superficie inundada del Mar de Aral, y sería hasta finales de la década de 2010 cuando se recuperaron algunas partes pequeñas.

La presa kokaral esta permitiendo la recuperación de partes del Mar Aral.