Obras en la ribera del Huerva: millones para “naturalizar”, molestias sin compasión

El pasado martes 24 de junio, el Periódico de Aragón informaba de un nuevo paso del Ayuntamiento de Zaragoza en el proyecto de renaturalización del río Huerva: 16,8 millones de euros destinados a una gran intervención urbana que incluye la pasarela del Camino de las Torres y nuevas zonas verdes.

Se presenta como “avance ecológico”… pero en la práctica, está siendo un quebradero de cabeza para muchas familias del entorno.

La otra cara de las obras: molestias reales, nulo diálogo

Para quienes viven en las inmediaciones y como tantas vecinas y vecinos de los accesos al río, las consecuencias son claras y dolorosas:

• Cortes de tráfico constantes y sin aviso.

• Dificultades para acceder a garajes y trasteros.

• Problemas para locales comerciales en Salvador de Madariaga.

• Inseguridad peatonal por falta de señalización.

• Falta absoluta de información previa y acompañamiento.

Y a todo esto, nadie da respuestas.

¿Dónde están los responsables municipales que deberían haber escuchado antes de abrir zanjas?

16,8 millones… ¿para quién?

Se plantea como un proyecto verde, pero con 16,8 millones de euros podríamos haber construido viviendas públicas dignas, resolver problemas de habitabilidad, apoyar a jóvenes sin futuro y dar solución a quienes sobreviven en el albergue o en situación de sinhogarismo.

El vecindario lo dice alto y claro:

Naturalizar sí, pero sin invisibilizar.

Transformar sí, pero con humanidad.

Invertir sí, pero no a costa de los de siempre.

En las calles del barrio, la realidad aprieta

La calle Salvador de Madariaga y las adyacentes son un ejemplo de cómo una gran obra puede desarticular la vida cotidiana.

La planificación técnica no ha ido acompañada de sensibilidad vecinal.

Esto no es solo un problema de tráfico:

Es un problema de enfoque urbano.

Y también de prioridades sociales.

Desde Las Fuentes lo decimos claro

No estamos en contra de transformar ni de invertir.

Pero sí decimos que hay otras formas de hacerlo:

• Con participación vecinal desde el inicio.

• Con medidas que compensen los perjuicios.

• Con plazos bien informados y control ciudadano.

• Y con un modelo de ciudad que no se limite a lo estético, sino que escuche el alma de los barrios.

Lo que pedimos no es un lujo. Es sentido común.

Porque una ciudad que no cuida a su gente no es una ciudad moderna, es una ciudad injusta.

Y porque Zaragoza no puede seguir dando la espalda a quienes más lo necesitan, ni tapar con árboles lo que no quiere mirar.

Puede ser una imagen de texto que dice "OBRAS EN EL RÍO HUERVA Zaragoza estudia cómo minimizar las afecciones de la pasarela del Huerva Se planifican cortes para naturalizar la ribera 16,8 millones de euros"