Editorial El Periódico de Aragón Enero 2025

  • El reciclaje de los residuos conlleva un consenso general y un proceso de responsabilidad que requiere tiempo.

La problemática del reciclaje de residuos presenta múltiples aristas y derivadas dispares, en función de dónde se ponga el empeño en la reducción de los mismos. Por una parte, es imprescindible una actitud proactiva de la Administración, que debe velar por el diseño racional y útil de la operación de reciclaje, su puesta en práctica y su seguimiento efectivo. Por otro, la colaboración imprescindible del sector industrial, que ha de valorar su participación no como una obligación impuesta, sino como una oportunidad de aumentar el valor social. También, en este sentido, la implicación del sector servicios, en especial en lo que se refiere a supermercados y grandes superficies, por cuanto su apoyo es básico. Y no menos importante, la responsabilidad individual y cívica del usuario, que se acrecienta con campañas de concienciación y que tiene que robustecerse con un sistema que sea fácil de llevar a la práctica, sin que el reciclaje suponga un rally de complicaciones constantes.

Estamos hablando de un terreno de acción cotidiana y doméstica: el reciclaje de los residuos generados en el hogar, especialmente los referidos a la alimentación, el de los envases de vidrio, de plástico, los briks y las latas. Pendientes de una ley de Residuos reclamada por las entidades sociales y ecológicas, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico tiene previsto implantar, en el horizonte de dos años, un decreto que permita la devolución de los envases reutilizables en los propios puntos de venta donde fueron adquiridos. De esta manera, se podría conseguir una objetivación del proceso, procurando que el engranaje del reciclaje sea más directo y, en consecuencia, más eficiente. Además, la idea se presenta con una práctica que ya se llevaba a cabo hace años con los envases de vidrio: el depósito adicional o pago previo del valor del envase, que será retornado con la devolución del mismo. Este sistema tiene la virtud de lo que podríamos llamar una fidelización del usuario, que escoge entre recuperar el dinero o, como ocurre en determinados países en los que ya se ha implantado desde hace años, contribuir a un fin social.Es justamente el éxito del modelo en otros estados europeos, como Alemania o Noruega, ampliado a más países nórdicos o de la Europa central, lo que nos permite ser optimistas de cara a su implantación en España. En la actualidad, frente a las cifras que rondan el 90% en esos territorios, el porcentaje de reciclaje de estos residuos se cifra en nuestro país en torno al 40%. El llamado Sistema de Devolución y Depósito de Residuos (SDDR) conlleva, como ya hemos anotado, un consenso generalizado entre todas las partes implicadas y un proceso de responsabilidad que requiere un cierto tiempo, salvando reticencias de las industrias envasadoras y los supermercados, extendiendo el modelo a toda la población y procurando que el pacto sea duradero y estable.

6 Marzo 2025

FACU / CECU