27 junio 2025
Hoy el Heraldo de Aragón ha publicado un titular que resume la tensión creciente entre las decisiones municipales y la realidad de nuestros barrios: “El PP renuncia a parar el bosque en la orla este de Las Fuentes”. No prosperó la moción presentada por el PSOE, respaldada por asociaciones vecinales, comerciantes y entidades sociales del distrito, que reclamaban repensar el proyecto del “Bosque de los Zaragozanos” en su tramo de Las Fuentes. No se trata de oponerse a la plantación de árboles, sino de cuestionar cómo y para quién se diseña la ciudad.
El borrador del plan incluye anfiteatros, una pradera seca para actos festivos masivos y una pared de escalada junto a los campos de fútbol. Una propuesta que ni responde a las necesidades del barrio ni ha sido construida con él. Las entidades de Las Fuentes pidieron desplazar el bosque hacia la ribera del Ebro, crear aparcamientos, mantener el desarrollo urbanístico de viviendas públicas para fijar población joven, y mejorar servicios básicos. La respuesta: silencio.
La presidenta del distrito, Marta Aparicio, fue clara: hay que “echar el balón al suelo” y planificar de forma realista el futuro de un barrio que, si no se cuida, puede morir por inanición política. Esa frase resume lo que sentimos quienes vivimos aquí: una mezcla de abandono y falta de respeto institucional.
Porque este proyecto, lejos de ser una apuesta ecológica consensuada, se ha impulsado con una participación ciudadana nula por parte del actual equipo de gobierno. Como se ha recordado en el pleno, el consejero de Urbanismo, Víctor Serrano, sigue sin bajar al barrio para explicar el proyecto, pese a la solicitud formal enviada tanto a él como a la alcaldesa y a la Sociedad Municipal de la Vivienda. Un expediente completo fue registrado telemáticamente, y nunca se obtuvo respuesta. El silencio administrativo es, en este caso, un desprecio institucional.
A estas alturas, cuesta creer que exista una verdadera voluntad de diálogo o de servicio al interés general. Porque lo que estamos viendo no es una planificación urbana al servicio del barrio, sino una suma de decisiones tomadas desde la distancia, que no caminan con el pie firme de quien pisa Las Fuentes cada día, sino con la inercia de quien improvisa. El señor Serrano podrá decir que “está en ello”, pero nadie sabe exactamente en qué. Porque hasta ahora, no ha habido ni presencia, ni explicaciones, ni obras que beneficien al barrio en el sentido que este necesita: viviendas, inversión pública, servicios reales, cuidado del entorno y de su gente.
El barrio de Las Fuentes no puede ser ni el bosque de otros, ni el escaparate de nadie. O se gobierna con el barrio y para el barrio… o solo se profundiza su abandono.
Donde no hay inversión pública, no hay futuro. Donde no hay escucha, no hay justicia. Donde no hay barrio, no hay ciudad.
Laureano Garin Lanaspa.

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